ROMANTICISMO  

El romanticismo surge después del siglo de la oscuridad durante la Edad Media. En él predomina el criterio de la razón e ilustración, dando pie a la evolución de nuevas tendencias de pensamiento y orden social, basadas en que la razón no era suficiente y el “yo con yo”.

Su apogeo se da con mayor fuerza a mitad del siglo XVIII principalmente en Alemania e Inglaterra en oposición al racionalismo ilustrado. Ésta fue una de las razones políticas las cuales predomino durante el movimiento.

La filosofía idealista alemana es una de las bases del romanticismo, donde se enfoca en el yo como única realidad primordial. Además de fortalecer una nueva visión de la realidad donde el bien más preciado era la libertad política, religiosa, moral y sentimental.

Se postuló la burguesía como nueva clase dominante, donde se adoptó una línea de pensamiento liberal que revindico a libertadores individuales.  Es decir el fortalecimiento de posiciones rebeldes e idealistas.

Predominó la añoranza de épocas pasadas como lo fueron la Edad Media y la continua búsqueda de referentes pasados para poder expresar las emociones, ello da pie para nuevas sensibilidades  vista y abarcadas desde la razón porque “la sociedad no entiende el amor”, desde ahí surge el termino de romántico.

Más información:

En el teatro podemos encontrar algunas de las obras más representativas como lo fue Don Álvaro a la fuerza de sino  de Duque de Rivas que se estreno en el año 1835. Esta es una de las obras del teatro romántico español donde se evidenciaba  el amor, el honor, la venganza, la religión, la muerte, el héroe romántico y el sino. 


Más de la obra:

Un de los exponentes de la poesía del romanticismo es José Zorrilla, el dramaturgo español se desempeñó en todos los géneros poéticos (la lírica, la épica y la dramática).  Uno de sus poemas:

 

A la memoria desagraciada del joven 

literato Don Mariano José de Larra

Ese vago clamor que rasga el viento
Es la voz funeral de una campana:
Vano remedo del postrer lamento
De un cadáver sombrío y macilento
Que en sucio polvo dormirá mañana.

Acabó su misión sobre la tierra,
Y dejó su existencia carcomida,
Como una virgen al placer perdida
Cuelga el profano velo en el altar.
Miró en el tiempo el porvenir vacío,
Vacío ya de ensueños y de gloria,
¡Y se entregó a ese sueño sin memoria,
Que nos lleva a otro mundo a despertar!

Era una flor que marchitó el estío,
Era una fuente que agotó el verano;
Ya no se siente su murmullo vano,
Ya está quemado el tallo de la flor.
Todavía su aroma se percibe,
Y ese verde color de la llanura,
Ese manto de yerba y de frescura,
Hijos son del arroyo creador.

Que el poeta en su misión,
Sobre la tierra que habita
Es una planta maldita
Con frutos de bendición.

Duerme en paz en la tumba solitaria
Donde no llegue a tu cegado oído
Más que la triste y funeral plegaria
Que otro poeta cantará por ti.
Ésta será una ofrenda de cariño
Más grata, sí, que la oración de un hombre,
Para como la lágrima de un niño,
¡Memoria del poeta que perdí!

Si existe un remoto cielo
De los poetas mansión,
Y sólo le queda al suelo
Ese retrato de hielo,
Fetidez y corrupción,

¡Digno presente, por cierto,
Se deja a la amarga vida!
¡Abandonar un desierto
Y darlo a la despedida
La fea prenda de un muerto!

Poeta, si en el no ser
Hay un recuerdo de ayer,
Una vida como aquí
Detrás de ese firmamento...
Conságrame un pensamiento
Como el que tengo de ti.

 

 

SIN SABOR

Jennifer Paola Restrepo Castañeda 

Le queda grande a este mundo comprender, las complejas y vanas sensaciones que emite, como diría mi maestro, el corazón. Vanas e ilusas son, porque no habitan otro lugar más que mi cálida y lucida imaginación.

Nadie lo entiende, porque nadie lo vive, más ilusa fuera creer que más allá del iris o la cornea, existiese alguien con las benditas ganas de husmear. Sí husmear, en mi cálido y lucido corazón, que no fallece ante un frío y descompensado mundo que ni corazón, ni imaginación tiene.