POST-ROMANTICISMO

 

El post-romanticismo nació después del romanticismo, en la mitad del siglo XIX, es un movimiento cultural, estético e intelectual que se dio  a raíz de un inconformismo ante las clases burgueses.

Los principales promotores de este movimiento fueron los escritores y artistas, quienes a través de sus obras proyectaban el espíritu inconformista y continúa demanda por la libertad.  Además de  tejerse una pronunciada angustia por la realidad y el rechazo a los valores de la sociedad.

El Post-Romanticismo fue la plataforma para los poetas malditos, donde se pretendía proyectar el lado oscuro del amor y la relación del yo con el mundo (yo romántico al yo social).

Se da entonces dentro de las obras la predominancia de temas sugerentes, bellos, llenos de erotismo, exaltación a la naturaleza, al dolor existencial, entre otros. 

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Algunos de los poetas malditos pertenecientes a este movimiento fueron: 

Arthur Rimbaud 

LA DESPIOJADORAS
 

Cuando la frente infante, con sus rojas tormentas 
convoca al blanco enjambre de los sueños difusos, 
llegan junto a su cama dos hermanas risueñas 
con sus gráciles dedos de uñas argentinas.

Sientan al niño frente al ventanal abierto, 
donde el aire azul baña torbellinos de flores 
y por su denso pelo preñado de rocío 
sus dedos se pasean, seductores, terribles.

Él, escucha el cantar de sus hálitos tímidos 
que expanden amplias mieles vegetales y rosas 
y que interrumpe a veces un silbido ––saliva 
que los labios absorben o ganas de besar.

Escucha sus pestañas latir en el silencio
perfumado; y sus dedos, eléctricos y suaves, 
provocan los chasquidos , entre indolencias grises, 
de los piojillos muertos, por sus uñas de reina.

Y un vino de Pereza sube en él, un suspiro 
de armónica, capaz de llegar al delirio:
y el niño siente, al ritmo lento de las caricias, 
cómo brotan y mueren sus ansias de llorar.

Paul Verlaine

A UNA MUJER

A usted, estos versos, por la consoladora gracia
De sus ojos grandes donde se ríe y llora un dulce sueño;
A su alma pura y buena, a usted
Estos versos desde el fondo de mi violenta miseria.

Y es que, ¡ay!, la horrible pesadilla que me visita
No me da tregua y, va, furiosa, loca, celosa,
Multiplicándose como un cortejo de lobos
Y se cuelga tras mi sino, que ensangrienta.

Oh, sufro, sufro espantosamente, de tal modo
Que el primer gemido del hombre
Arrojado del Edén es una égloga al lado del mío.

Y las penas que usted pueda tener son como
Las golondrinas que un cielo al mediodía,
Querida, en un bello día de septiembre tibio.

LA ROJIZA ABUELA

Jennifer Paola Restrepo Castañeda

Creería mi abuela si viviera que, nada más lindo, puro y digno que pertenecer al partido rojo, ese que también es conocido como Conservador.

Creería mi abuela, que así como ella, hay quienes jamás tendrán una cueva mayor a la construida por papá, de caca y barro, y con tono naranja. Nadie más conseguirá, tierra más árida para cebollas o tomates, coles o gusanos, gallinas o pulgas, arañas o mermelada.

Creería mi abuela, que no habrá mayor batalla que la vivida días antes a la elección, que no habrá navidad que sobre pase la bulla del ganador, que entre azulados o rojitos colores, vista a un pueblo sin color. Y que entre tanto asegure las semillas para los próximos cuatro años.

Creería mi abuela sí viviera, que Marlboro es el mejor cigarro, la Kola la mejor bebida, y el sucio color rojo la más digna bandera.

Ya vieja y muerta la abuela creería sí viviera que el rojo ya no es rojo, sino azulado, que el verde entro en la gama, y que la bandera tan amada esta quemada, con bordes mapeados de Colombia, con una mata de marihuana en la mitad y mermelada hasta no dar más.

Sí la abuela viviera, preferiría hacerse la muerta, lo sé. Porque carecería de tiempo para comprender el cagado futuro que nos dio, por amar tanto a un color.